– «¿Sientes lo mismo cuando me besas?», le preguntó.
– «Sí, porque aunque no lo creas yo sí te quiero», respondió él.
– «¿Y te provoco igual?»
– «Sí, yo creo que sí».
Sus respuestas no fueron suficientes para que ella entendiera por qué entonces no podían volver a estar juntos, como antes. Pero en el fondo también sabía que era mejor dejar así, que bastaba con los recuerdos que ya tenían, que eran muchos y en su mayoría buenos.
– «Ni luchó ni luchará por mí», pensó. Y aún sabiendo que el contacto con otra mujer seguía vivo en su piel y en su boca, lo besó por última vez.
Muy bonito escribes carolina
¡Muchas gracias! Un abrazo
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