Con el cielo dentro

Te-me-nos fuiste hace ya cuatro años. Pero hoy, con una paz tan feliz que hasta me estremece, puedo decirte que recordarte es sentir que tengo el cielo dentro y que, por suerte, entre tú y yo, no hay distancia sólo infinitud. (Te quiero, Leo. Feliz eternidad)

Te (no) siento

Han pasado ya doscientos días y aún no puedo decir(me) que te (no) siento como a las moscas sobre la ropa. Pero has de saber, amor de ayer, que me han vuelto a salir flores del ombligo y que no fueron necesarios ni tu boca, ni tus besos