
Como un río por su cauce,
a veces en calma,
otras no tanto,
haciendo estruendos,
o en silencio,
el tiempo pasa.
Y pasa sin miramientos,
sin dudarlo
y sin cansancio
(o con un poco, quizás).
Vos verás qué hacés Manuel,
pero yo quiero tirarme al agua,
hundirme,
flotar,
salirme
y volver a sentir el cauce…
Sin miramientos,
sin dudarlo
y sin cansancio
(o con un poco, quizás)