Te-me-nos fuiste hace ya cuatro años. Pero hoy, con una paz tan feliz que hasta me estremece, puedo decirte que recordarte es sentir que tengo el cielo dentro y que, por suerte, entre tú y yo, no hay distancia sólo infinitud. (Te quiero, Leo. Feliz eternidad)
Abandonar la tristeza
Cuando la vi de pie, apoyada en la pared, mirando hacia arriba, le pregunté si era feliz. Me miró con el cielo azul escondido en sus ojos y salió corriendo en dirección contraria. No sé si se fue en busca de la felicidad o si la encontró conmigo un instante y entonces huyó. A veces …
Te (no) siento
Han pasado ya doscientos días y aún no puedo decir(me) que te (no) siento como a las moscas sobre la ropa. Pero has de saber, amor de ayer, que me han vuelto a salir flores del ombligo y que no fueron necesarios ni tu boca, ni tus besos
Este será otro otoño
La llegada del otoño me ha hecho pensarte. Y no sé si es por aquellos viajes en los que caminábamos felices pisando hojas marrones y amarillas en los pueblos del norte de Madrid; o porque he recordado -con algo de pesar- los meses en los que tu olvido arrancó mis hojas y me dejó desnuda …
Volver a casa
He de reconocer que a veces me invade una necesidad insoportable de volver a casa. Pero entonces me pregunto: ¿cuál es mi casa? y esta angustia sombría se vuelve aún más inquietante. ¿Será mi casa el país en el que vivo?, ¿la ciudad donde nací?, ¿el lugar que aún me espera? ¿Será, acaso, aquello que …