Entré a la sala. No había nadie más. Nadie, salvo quienes me esperaban en las fotografías en blanco y negro: Niñas(os) con malformaciones genéticas y enfermedades dermatológicas, una madre en un cementerio, otra mujer con una máscara en la nariz, un hombre a la espera de un transplante... Rostros de una cotidianidad silenciada que perfora …